La Unión Europea regula la resistencia al robo para cajas fuertes o cajas de seguridad, puertas y cámaras acorazadas a través de la Norma Europea EN 1143-1. Dicha norma específica diferentes niveles de resistencia que van del I hasta XII según los niveles de resistencia frente a un robo. Los ensayos consisten en comprobar el tiempo que se necesita para acceder al interior de las cajas de seguridad utilizando una gran variedad de herramientas. Cuanto mayor sea el tiempo necesario, mayor será el nivel de resistencia, y cuanto mayor sea el nivel de resistencia, mayor será la protección que ofrecen, siempre teniendo en cuenta la herramienta utilizada.
Las herramientas utilizadas para estos ensayos suelen ser de tres tipos:
– Las herramientas manuales como destornilladores, alicates, martillos, hachas, picos, llaves fijas o estrella, palancas, taladros, sierras, etc.
– Las herramientas eléctricas como máquinas taladradoras, taladradora de percusión, taladro percutor para hormigón, martillo percutor, etc.
– Por último, las herramientas utilizadas con líquidos abrasivos y/o de refrigeración como pueden ser, tronzadora de disco, corona diamantada, corte por soplete, lanza térmica (de oxígeno), corte y soldadura eléctrica, etc.
La Norma Europea EN 1300 también regula las cerraduras de alta seguridad que tienen que tener las cajas de seguridad para cumplir su función de la mejor manera posible. En la norma se especifican los requisitos de fiabilidad, resistencia al robo y apertura no autorizada para cerraduras. Pueden ser cerraduras mecánicas o electrónicas, y su clasificación se divide en cuatro clases: A, B, C y D.
Los ensayos que se practican para estas cerraduras son de resistencia a la manipulación, al espionaje y al robo con daños.
Las cajas fuertes homologadas son cajas de seguridad que han cumplido satisfactoriamente las pruebas realizadas por los laboratorios de ensayo. Muchas de ellas, además están certificadas por organismos competentes como AENOR, Applus o VdS.
Según su grado de seguridad pueden estar indicadas para la guarda de armas cortas y largas, la custodia de valores y efectivo en empresas de compro oro, joyerías, tiendas de antigüedades, estaciones de servicio, administraciones de lotería, despachos de apuestas, casinos, bingos, banca, etc.
Los diferentes grados de homologación están destinados a los distintos usos que vayamos a dar a las cajas de seguridad, siendo los más usuales el grado I, adecuado para armeros que custodiarán armas largas (para particulares aficionados a la caza o deportes de tiro); el grado III adecuado para la custodia de armas cortas; y los grados IV y V, indicados para administraciones de lotería, joyerías, entidades bancarias, despachos de apuestas, etc.
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