Todos los años aparecen noticias en los medios de comunicación en las que se recogen sucesos relacionados con robos en trasteros. Una de las más llamativas en este sentido es la que surgió hace tres años con una serie de robos que se produjeron en el barrio de Ciudad Lineal (Madrid) en cinco portales que no estaban equipados con alarma para trastero.
En concreto, en la Comisaría de Ciudad Lineal se registraron después de verano cientos de denuncias de vecinos del barrio por robos en sus trasteros. Y como son espacios que no suelen contar con alarma para trastero y que, además, no se visitan con mucha frecuencia, las denuncias se suelen interponer ya muy tarde, cuando es prácticamente imposible detener al ladrón o recuperar la mercancía sustraída.
En muchos casos, incluso, los vecinos, cuando se dan cuenta de que han sido robados, en lugar de acudir rápidamente a la policía deciden llamar primero a un cerrajero para que cambie el bombín o, en algunos casos, prefieren llamar a un especialista para que le instalen una alarma para trastero. Esto implica que la investigación que pueda abrir la policía ya no sirva prácticamente para nada porque ya no se pueden tomar huellas digitales y, además, el lugar de los hecho ya haya sido alterado.
Lo que revelan estas informaciones que aparecen en los medios de comunicación es que sus propietarios suelen guardar objetos de mucho valor, por lo que sorprende que no tomen medidas de seguridad especiales, como pueden ser la instalación de una puerta de seguridad o de una alarma para trastero. De hecho, no es infrecuente que entre los objetos robados se hallen bicicletas de un valor superior a los 3.000 euros, por ejemplo, ya que son fácilmente revendibles en el mercado de segunda mano.
Normalmente, este tipo de actos delictivos son realizados por bandas organizadas, constituidas por varios miembros en las que cada uno tiene una función específica. Así, antes de perpetrar el robo, realizan un estudio del edificio, de sus vecinos, de las zonas de acceso, de las puertas… De esta manera, identifican el número de puertas que tendrán que forzar, qué local dispone de alarma para trastero y cual no, en qué local están los objetos de más valor o los que más les interesa robar… Y los ladrones no se arredran ante nada, ya que, por ejemplo, en los portales donde los trasteros están situados en las plantas superiores, no dudan en bajar por todo el edificio con las bicis hasta el portal.
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